LOS MINERALES

1.-INTRODUCCIÓN 2.-CLASIFICACIÓN Y FUNCIONES
3.-OTROS ELEMENTOS

4.-¿ NECESITAMOS SUPLEMENTOS DE MINERALES ?

5.-LA OSTEOPOROSIS

 Los minerales son elementos químicos simples cuya presencia e intervención es imprescindible para la actividad de las células.  Su contribución a la conservación de la salud es esencial. Se conocen más de veinte minerales necesarios para controlar el metabolismo o que conservan las funciones de los diversos tejidos.

CLASIFICACIÓN Y FUNCIONES

Se pueden dividir los minerales en tres grupos:

Los macroelementos que son los que el organismo necesita en mayor cantidad y se miden en gramos.

Los microelementos que se necesitan en menor cantidad y se miden en miligramos (milésimas de gramo).

Y por ultimo, los oligoelementos o elementos traza

 que se precisan en cantidades pequeñísimas del orden de

 microgramos (millonésimas de gramo).

Minerales principales o macrominerales
(necesarios en mayor proporción)

 

Elementos traza
( necesarios para el organismo en cantidades mínimas)

 

Calcio, fósforo, magnesio, potasio y sodio

 

Zinc, flúor, hierro y iodo

Al igual que en el caso de la vitaminas, ningún alimento posee todos los minerales en las cantidades necesarias y por ello la dieta ha de ser variada y equilibrada.

También, como en el caso de las vitaminas, los excesos de algunos minerales producen alteraciones en el organismo; esto ha de tenerse en cuenta a la hora de tomar suplementos vitamínicos y de minerales. Se debe consultar con el médico antes de consumir estos preparados.

En ningún caso pueden ser sintetizados por el organismo, es decir, son nutrientes esenciales.

Aunque no se conoce con exactitud el papel de todos ellos en el organismo, de algunos se sabe que intervienen en las siguientes funciones:

 

Función plástica

El calcio, fósforo, flúor y magnesio dan consistencia al esqueleto
El hierro es componente de la hemoglobina

 

Función reguladora

El iodo forma parte de las hormonas tiroideas

 

Transporte

El sodio y el potasio facilitan el transporte a través de la membrana celular

   

 Normalmente una dieta equilibrada contiene todos los minerales necesarios, pero las deficiencias de hierro, calcio y yodo son relativamente frecuentes, y muchas veces se añaden artificialmente a determinados alimentos.  

 

 Elemento

 Alimentos

 Funciones

Sodio

Casi todos los alimentos contienen sodio. Además de la sal de mesa, la cual se añade a las comidas para darles más sabor, los principales alimentos que contienen sodio son todos aquellos procesados: la carne o el pescado ahumado, el pan, los cereales, el queso...

Controla la acumulación de agua en los tejidos.

Controla el ritmo cardíaco.

Interviene en la generación de impulsos nerviosos y la contracción muscular.

Calcio

La leche, tanto entera como desnatada, los productos lácteos, las verduras, las legumbres, el pescado, etc. son los alimentos que contienen más calcio.

Formación y conservación de huesos.

Transmisión de impulsos nerviosos.

Contracción muscular.

Coagulación sanguínea.

Potasio

El potasio se encuentra, predominantemente, en el pan integral, las verduras, legumbres, leche y fruta, especialmente plátano y naranjas.

Controla la acumulación de agua en los tejidos. 

 Controla el ritmo cardíaco. Interviene en la generación de impulsos nerviosos y la contracción muscular.

Hierro

Se encuentra en abundancia en la carne, el pescado, el hígado, el pan integral, algunas verduras, cereales, nueces y legumbres.

Forma parte de la hemoglobina, por lo que un posible déficit en la dieta puede ocasionar anemia ferropénica.

Forma parte de diversos enzimas.

Fluoruro

El alimento que más fluoruro contiene es el pescado, aunque también se encuentra en el té, el café, la soja e, incluso, el agua potable.

Fortalece el esmalte y previene la caries dental.

Fortalece los huesos.

Zinc

Pescado, carne, mariscos... También en legumbres, huevos y pan integral.

Favorece la cicatrización de heridas.

Conservación del cabello.

Facilita el crecimiento y desarrollo sexual.

Interviene en el metabolismo general.

Selenio

Carne, pescado, mariscos y productos lácteos. También verduras.

Conserva la elasticidad de los tejidos.

Retrasa, al parecer, el envejecimiento celular.

Reduce, al parecer, el riesgo de cáncer.

Cobre

Hígado, mariscos, pescado, legumbres, pan integral...

Interviene en numerosas reacciones enzimáticas del metabolismo.

Yodo

Pescados de mar y mariscos, principalmente.  

Forma parte de las hormonas tiroideas, que controlan el crecimiento y el desarrollo, así como en la producción de energía dentro de las células.

   Otros elementos

Existen otros elementos (silicio, boro, vanadio, estaño, arsénico y níquel) de los que no se conoce con precisión su función biológica, si es que la tienen, ni enfermedades carenciales en humanos, aunque sí se pueden en algunos casos provocar experimentalmente en animales. Esto hace que se sospeche que puedan desempeñar alguna función en nuestro organismo (el silicio, en el desarrollo óseo, el boro en el metabolismo del calcio).

Algunos vendedores de "suplementos alimenticios" intentan hacer creer que otros elementos, como el litio, germanio, oro... son esenciales para la salud, y que deben obtenerse comprando sus productos, ya que los alimentos naturales no los contienen. Eso es simplemente un fraude.

¿Necesitamos suplementos de minerales?


La mayoría de los minerales se encuentran distribuidos muy ampliamente entre todo tipo de alimentos, de tal modo que cualquier dieta que no sea aberrante incluye una cantidad suficiente de la mayoría de ellos. Los únicos elementos de los que pueden producirse carencias son el calcio, el hierro y el yodo, y esto solamente con dietas basadas en determinados alimentos que no los contienen o que los contienen en una forma no asimilable.
El calcio se encuentra distribuido tanto en alimentos de origen animal como vegetal. Sin embargo, el presente en los alimentos vegetales es poco asimilable, ya que éstos contienen también sustancias como el oxalato  que lo secuestran e impiden su absorción en el tubo digestivo. En los productos animales el calcio se encuentra más fácilmente disponible. La mejor fuente de este elemento son los productos lácteos.

El hierro se encuentra también ampliamente distribuido, pero los problemas relacionados con su biodisponibilidad son aún mayores que en el caso del calcio. El hierro en forma hemo (tal como se encuentra en general en los alimentos de origen animal) se absorbe con relativa facilidad, pero el hierro en forma inorgánica, no. Su absorción depende de la presencia en la dieta de otros componentes, que favorecen su captación, como es el ácido ascórbico (reduce el Fe3+ a Fe2+, mas soluble) o la dificultan, como el ácido oxálico . En conjunto, aunque los alimentos vegetales contienen bastante hierro (no demasiado; independientemente de las leyendas, las lentejas y espinacas contienen cantidades semejantes a otros alimentos parecidos ) su baja biodisponibilidad hace que no sean buenas fuentes alimentarias de este mineral.

En el caso del yodo, la causa de las deficiencias, cuando aparecen, es la heterogeneidad de la distribución de este elemento en la superficie terrestre, que hace que los alimentos producidos en regiones en las que éste es más escaso (algunas zonas alejadas de las costas, o valles cerrados en terrenos antiguos) sean deficientes en él. Cuando las poblaciones de estas zonas basan su dieta de forma casi exclusiva en su propia producción alimentaria, pueden producirse deficiencias. Estas deficiencias no se producen cuando la procedencia de los alimentos es diversa, como sucede actualmente en las sociedades occidentales. En cualquier caso, dada la muy pequeña cantidad necesaria, puede enriquecerse de forma selectiva un alimento (normalmente la sal) con éste elemento.

En poblaciones con dietas muy anormales (alcohólicos, por ejemplo, que reciben una gran proporción de las calorías de su dieta del alcohol) pueden también aparecer deficiencias de zinc y de cobre. Estas deficiencias están asociadas naturalmente a otras deficiencias aún mas importantes en proteínas, vitaminas y otros minerales.

Los demás elementos están tan ampliamente distribuidos que, comamos lo que comamos, es imposible que aparezcan deficiencias. Utilizar suplementos sin recomendación médica es una forma inútil de gastar el dinero, y en algunos casos puede representar un riesgo para la salud.

  LA OSTEOPOROSIS

Huesos Fuertes para Construir un Futuro Sólido

El modo de vida que los jóvenes escojan hoy puede reducir las posibilidades de padecer de osteoporosis cuando alcancen una edad más avanzada. No existe ningún secreto: cuanto más calcio se acumule durante la juventud, mayor será la reserva en los huesos para la madurez. La dieta es uno de los factores que más influyen en este proceso.

La osteoporosis es una enfermedad ósea que produce pérdida de la masa y la densidad de los huesos, con lo que éstos se vuelven más frágiles. A menudo, la denominada "enfermedad silenciosa" no se diagnostica hasta que se produce una fractura, por lo general, debida a una caída. Las zonas que se quiebran con más frecuencia son la cadera, la muñeca y la columna vertebral. Uno de cada ocho europeos de edad superior a los 50 años sufrirá una fractura de columna. La osteoporosis cuesta a las arcas nacionales 3.500 millones de euros anuales, únicamente en concepto de hospitalizaciones. En Estados Unidos, los que la padecen ocupan las camas de hospital un promedio anual de 500.000 noches. Está previsto que esta cifra se duplique en los próximos cincuenta años.

Cómo fortalecer los huesos

Acumular reservas de calcio durante la juventud es fundamental para forjar unos huesos fuertes. Una dieta con el aporte suficiente en calcio, fósforo y vitamina D es muy importante; tanto como los factores genéticos y el ejercicio físico.

Durante la infancia, la adolescencia y los comienzos de la edad adulta, el calcio constituye un elemento esencial para densificar al máximo los huesos. Si bien es cierto que se puede contribuir a fortalecerlos y hacerlos más densos hasta los 30 años, los índices de asimilación de calcio alcanzan su punto culminante en la adolescencia. A los 18 años de edad, los adolescentes de ambos sexos ya han adquirido entre el 95 y el 99% del total de la masa ósea individual. Si durante la juventud hacen acopio de un buen "depósito óseo", contarán con una reserva que podrán consumir en fases posteriores de la vida. La ingesta óptima varía en función de la etapa del ciclo vital en que cada uno se encuentra. La directiva europea sobre el etiquetado nutricional de los alimentos recomienda un promedio diario de 800 mg.

Sin embargo, ciertos grupos de personas requieren un aporte de entre 1200 y 1500 mg, como los jóvenes de edades comprendidas entre los 10 y los 14 años, las mujeres embarazadas o en período de lactancia, o aquéllas en fase posmenopáusica que no siguen una terapia hormonal de sustitución.

La importancia de la dieta y el ejercicio

La mejor forma de ingerir todo el calcio necesario es tomar desde la infancia hasta la madurez alimentos que lo contengan en gran cantidad. La leche y los productos lácteos, como el yogur, el queso y otros postres elaborados a base de leche, constituyen la principal fuente de calcio en la dieta de la mayoría de la gente. Pero existen otros alimentos que lo contienen en grandes proporciones, como algunos frutos secos, las verduras, el pan integral y los alimentos enriquecidos en calcio. Al igual que una dieta saludable, hacer ejercicio con regularidad contribuye a desarrollar la masa y la densidad de los huesos durante los años de crecimiento. La actividad física sigue siendo muy importante después, ya que una vida sedentaria aumenta el riesgo de padecer osteoporosis.

Factores que contribuyen a aumentar la propensión a la osteoporosis:

ser mujer.

estar delgado o tener una estructura ósea menuda.

la edad avanzada.

antecedentes familiares de osteoporosis.

encontrarse en fase posmenopáusica.

un bajo índice de testosterona (los hombres)

un modo de vida sedentario.

ser fumador.

consumir alcohol en exceso.

El ejercicio también ayuda a las personas de edad avanzada a mejorar el equilibrio y la coordinación, así como a prevenir las fracturas debidas a las caídas: andar, hacer footing, o practicar aeróbic y el baile contribuyen a tonificar los músculos y a acrecentar la resistencia. De acuerdo con los pronósticos de aumento de la esperanza de vida, se prevé un notable incremento de los casos de osteoporosis en el futuro. Esto se traducirá en un gasto añadido bastante oneroso para los sistemas sanitarios, sin contar lo mucho que afectará a la calidad de vida de los aquejados. Para evitarlo, hay que apremiar a todos a que adopten una dieta sana, con alimentos ricos en calcio, y a practicar deportes durante toda la vida.

Contenido en calcio de algunos alimentos. Se alcanzan 300 mg de Ca en:

25-30 g de queso curado (emental, parmesano, cheddar, etc.),

50 g de queso blando (camembert, brie, etc.),

200 g de leche desnatada o yogur,

150 g de almendras o de higos secos,

200 g de legumbres secas,

500 g de verduras (repollo, puerros, espinacas, brécol) y de pan integral.

0.7 l de algunas aguas minerales ricas en calcio (ver etiqueta)                                                         Página principal con marcos