La teoría de la relatividad El artículo de Einstein publicado en 1905, "Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento", inicia una investigación que pondrá fin a la mecánica newtoniana y a la acción a distancia. Completó el derrocamiento de la concepción newtoniana del mundo que se había iniciado a principios del siglo XIX, y a su vez dio comienzo a una nueva aproximación a la teoría de campos. Einstein coincidía con Mach en que el espacio absoluto era un concepto falso e inaceptable, y que el éter de Lorentz estaba en la misma situación que el espacio absoluto de Newton. Se propuso partir del principio de la relatividad, pero consideraba que las viejas transformaciones de Galileo no servirían, y que haría falta unas similares a las de Lorentz. Para Einstein el principio de la relatividad era incompatible con la existencia del éter. Además, hizo la suposición de que la luz se propaga siempre por el espacio vacío con una velocidad bien definida c que es independiente del estado de movimiento del cuerpo emisor. Como consecuencia de la segunda hipótesis, Einstein vio que era necesario reemplazar las longitudes y los tiempos absolutos de Newton, por tiempos y distancias diferentes según el observador. Concluyó que sucesos que son simultáneos para un observador no lo son para otro que esté en movimiento relativo. Después buscó la transformación del tiempo del observador "en reposo" al tiempo del "observador" en movimiento. Y por último, a partir de la transformación temporal dedujo las transformaciones espaciales, las transformaciones finales resultaron ser las de Lorentz. El principio de la relatividad quiere decir, que los efectos de la contracción de longitud, aumento de masa, etc., son exactamente iguales para dos observadores en movimiento relativo. Por ejemplo, no sólo se acortan las varillas del observador "en movimiento" vistas desde el observador "estacionario", sino que también se acortarían las del observador "estacionario" desde el punto de vista del observador "móvil". En general, la inversa de una transformación de Lorentz es otra transformación de Lorentz. Esta reciprocidad es la esencia del punto de vista relativista, en la que no hay ningún observador "estacionario" privilegiado en el éter. Las propiedades toman diferentes valores en sistemas de referencia distintos, de acuerdo con las transformaciones de Lorentz, y no se pueden considerar ninguno de ellos como verdadero. Todos son igualmente reales. Por ejemplo, es imposible determinar de forma unívoca la masa de un objeto. En diferentes sistemas de referencia el objeto tendrá masas diferentes y ninguna de estas masas puede escogerse como la masa real, todas tienen la misma realidad. Lo mismo puede decirse de las dimensiones de un cuerpo, etc. Ahora bien, una vez fijado un valor determinado de una propiedad en un determinado sistema de referencia, el resto de los valores en otros sistemas de referencia quedan automáticamente determinados por las transformaciones de Lorentz. Einstein dedujo la fórmula de la composición de velocidades aplicando dos veces las transformaciones de Lorentz, la velocidad resultante nunca es superior a la de la luz. Predijo el denominado efecto Doppler transversal detectado experimentalmente en 1938. Calculó la energía que adquiere un electrón como consecuencia de una fuerza exterior, señalando la imposibilidad de que un cuerpo adquiera una velocidad igual a la de la luz, ya que precisaría de una energía infinita. Da origen a una nueva teoría con su explicación del efecto fotoeléctrico, en base a la hipótesis de que la luz desde que se emite hasta que se absorbe, viaja en paquetes discretos como si se tratase de partículas. A partir de ese momento, era necesario reconciliar los "cuantos" de luz corpusculares con la teoría de Maxwell, que consideraba a la luz como una onda electromagnética.