De forma paralela al desarrollo del deporte para personas con deficiencias motrices o sensoriales, nació un movimiento que pretende el fomento de la práctica deportiva para la población con deficiencias intelectuales. El mismo año en que se celebraban los Juegos Olímpicos de México (1968), en EEUU se constituía un gran movimiento deportivo para este colectivo, que cuenta con el soporte de la Fundación Kennedy, Special Olympic. En la actualidad, moviliza a más de un millón de atletas procedentes de 90 países de los cinco continentes y cuenta con la colaboración de más de 500.000 voluntarios (Silva, 1992).