LA ALIMENTACIÓN EN LOS MAMÍFEROS

 

Se denomina herbívoros a los animales que se alimentan principalmente de vegetales sean del tipo que sea. Carnívoros a aquellos que se alimentan principalmente de otros animales. Insectívoros a los que se alimentan principalmente de insectos. Y omnívoros a aquellos que participan de la dieta de los anteriores.

La gran ventaja para la supervivencia de muchos mamíferos, los omnívoros, se debe a la posibilidad que tienen de explotar fuentes de alimento diferentes y ellos les permite modificar su régimen alimenticio ajustándolo a las posibilidades de la estación y del medio. Los mapaches, la rata parda, el oso, el ratón de campo, el cerdo y el hombre son ejemplos de ello. También otros como el ciervo y el conejo pueden llegar a comer carne.

El problema de la captura del alimento ha sido resuelto por los carnívoros, omnívoros y herbívoros de muy diferentes maneras.

En los animales de alimentación herbívora la aprehensión del alimento ha sido realizada por los dientes y por las mandíbulas. En general, las de las cabras monteses, jirafas y camellos son extraordinarias debido a su movilidad y manipulación. Los incisivos, en algunos de ellos, se han modificado o desaparecido.

En los roedores, entre los que se encuentran las ardillas, ratas, liebres y conejos, un par de incisivos que persisten, crecen desmesuradamente, durante toda la vida del animal, desde las raíces hasta el extremo, Estos dientes les sirven para cortar plantas, cortezas y romper raíces y se gastarían rápidamente sino crecieran de manera continua.

En las vacas, ciervos y ovejas han desaparecido los incisivos superiores y han sido sustituidos por una capa fuerte de piel. Estos animales cogen la comida entre los dientes inferiores y la punta endurecida del maxilar; moviendo las mandíbulas, mediante un fuerte movimiento de la cabeza, consiguen triturar el alimento. En los elefantes los incisivos superiores se han transformado en los grandes colmillos defensivos de marfil. En los herbívoros casi siempre los caninos son reducidos o faltan.

La adaptación a la dieta se ve claramente en los dientes del maxilar, los cuales en muchos herbívoros se han alargado hacía adentro, con una estructura eficiente para moler los alimentos y esto queda muy manifiesto en las cuatro gruesas muelas de los elefantes. En general los premolares son más simples que los molares

Posteriormente la alimentación herbívora hace que los dientes hayan desarrollado una superficie mayor, se han complicado en forma de crestas y cuencas y pueden crecer persistentemente durante toda la vida. Lo principal aquí es que las plantas, especialmente las hierbas, son desmenuzadas rápidamente. Contrariamente los animales omnívoros, los cuales tienen una dieta mixta, muestran las cúspides de los dientes posteriores más bajas y redondeadas.

Los animales carnívoros adaptados a la vida terrestre se valen de los dientes, de su musculatura y esqueleto para conseguir sus presas. Los incisivos no desaparecen y los caninos tienen más prominentes puntas. Un caso extremos de estos dientes está bien patentizado en el extinguido tigre de dientes de sable, cuyos colmillos tenían una longitud de más de 70 cm y con estas potentes armas no temían nada; a pesar de su pequeño tamaño, eran capaces de atacar a un mastodonte adulto.

En muchos carnívoros los molares y premolares tienen un simple triángulo descrito por las tres puntas o prominencias; sin embargo, en otros aparecen los llamados molares carniceros, desarrollados para poder triturar los tendones y los huesos. El molar carnicero, último premolar superior, se apoya contra el primer molar inferior.

Los primates de vida arborícola han podido modificar las técnicas alimenticias a consecuencia del gran desarrollo y perfeccionamiento de las manos. Gracias a la gran movilidad del brazo, que permite desarrollara los movimientos de braquiación y de ascensión a los árboles, los primates pudieron extender el campo de explotación alimenticia. Las copas de los árboles y las partes más extremas de los niveles arbóreos son explotadas por los primates. Las manos fueron usadas no solamente para sostener la comida e irla devorando pausada y cómodamente, sino que también le sirvieron para arrancar las ramas y las hojas. La cola prensil y los pies con engrosamientos, que facilitaban la adhesión a las ramas, facilitaban también la forma de asirse y de aprovecharse plenamente de los numerosos pisos de los altos árboles de la selva.

Con la diferenciación de la mano, el hocico de los monos tiende a acortarse, ya que la función prensil que tiene en la mayoría de los mamíferos es sustituida por la acción de la mano. Al mismo tiempo, es notoria la reducción de los caninos y correlativamente la de la dentadura.

La alimentación frugívora pasa a folífaga y granívora. Ello determina una reducción del aparato masticador. La forma del arco dentario se modifica y sirve de criterio de diferenciación entre los diversos antropoides y el hombre.

Los insectívoros presentan en sus premolares y molares una cúspides duras, que permiten triturar la cutícula de los insectos.

En los herbívoros la alimentación es diferente en cada especie y en cada época del año, pudiendo en ocasiones coincidir la dieta de varias especies según la disponibilidad de alimentos. En los depredadores existe una estrecha relación entre el tamaño del depredador y su presa. Los animales de pequeño tamaño son insectívoros y roedores, y son víctimas habituales de algunos depredadores. Los de talla media son casi todos carnívoros, excepto las liebres y los rumiantes de gran talla que a su vez son víctimas de otros. De aquí que los animales que no son depredadores se puedan dividir en dos grupos, micropresas, insectívoros y roedores de menor tamaño que el depredador medio, y macropresas, artiodáctilos de tamaño superior.

Los carnívoros aéreos, como son la muchos murciélagos, emiten sonidos a razón de diez a vente pulsaciones por segundo. Cuando los sonidos encuentran un insecto, el obstáculo que ello supone refleja y aumenta la frecuencia de los mismos, que pasa a ser de doscientas cincuenta pulsaciones por segundo, lo que permite al murciélago detectar su presa.

Los mamíferos acuáticos, pertenecientes al orden de los cetáceos sin dientes, entre los cuales se encuentra la ballena, capturan peces y crustáceos mediante un gran número de placas fibrosas denominadas ballenas. Estas ballenas se encuentran en número de alrededor de cuatrocientas en cada uno de los lados de la boca. Esto forma un aparato muy efectivo para colar el agua del mar que entra en la cavidad bucal del animal.

Las focas y leones marinos son voraces devoradores de peces, aunque los jóvenes se alimentan de crustáceos. La foca come de cuatro a cinco kilos de pescado cada día. Un delfín consume de siete a ocho kilos de pescado, entre cuyas especies muestra predilección por la caballa y la sardina.

Un régimen alimenticio muy especializado y que muestra a su vez una morfología muy particular es la que presentan diversas especies de régimen insectívoro, cono son los animales desdentados, entre los que se encuentra el oso hormiguero, el cerdo hormiguero, los perezosos y otros.